No llores, no te quejes, no increpes al destino
con amargo reproche porque llueve o no llueve,
o calor o frío hace. No maldigas la vida,
no te duelas de un día arrebujado en nubes,
que es milagro perenne cada día que amanece.
Y si alguien te hiere, piensa con tolerancia
que tuvo un mal momento; cuando estamos felices
no damos hiel a nadie, o indiferentes somos.
Y si el camino es largo y tienes que seguir
mas te encuentras cansado, no pierdas la sonrisa
y no pierdas la fe: ¡extiende la mirada
y observa la miseria por doquier esparcida,
y sabrás lo que tienes! Comparte tus tenencias
y verás cuánta dicha sentirás de verdad .
Suma tus puntos malos, y resta de los buenos:
¡Sabrás de tu tesoro! ¡Conocerás tu dicha!.
Parangona las sombras con las luces que existen
y verás tu paisaje colmando de esplendor:
agradecido entonces podrás sentir que Dios
anida allí en tu alma.¡Bendecirás al cielo!
Ve yendo paso a paso. Compara tus haberes
con los haberes de otros, y si después de todo,
en tu pequeño mundo te sientes atrapado
y crees que no hay salida, escruta tu interior,
y verás complacido, y con profundo asombro,
que nada te hace falta, porque allí en la tiniebla
de tu abismo profundo, en lámpara votiva
rutilarán en lampos los empíreos destellos.
¡Ingrato: híncate en tierra, y da gracias a Dios!